jueves, 23 de mayo de 2013

Culturas Mesoamericanas y Sudamericanas


Estas culturas a lo largo de los años nos han ayudado a entender como vivieron nuestros antepasados, nos dejaron mucho que aprender ya sea por su cultura, edificaciones y muchas cosas más.

La cultura maya produjo una arquitectura monumental, de la que se conservan grandes ruinas en Palenque, Uxmal, Mayapán, Copán, Tikal, Uaxactún, Quiriguá, Bonampak, Tulún y Chichén Itzá, entre muchas otras. Estos lugares eran enormes centros de ceremonias religiosas. Se consideran tres estilos arquitectónicos: el río Bec, el Chenes y el Puuc, cada uno con características de ingeniería y ornamentación propias. La distribución de las ciudades consistía en una serie de estructuras piramidales, la mayoría de las veces coronadas por templos o cresterías labradas, y agrupadas alrededor de plazas abiertas. Las pirámides escalonadas estaban recubiertas con bloques de piedra pulida y por lo general llevaban tallada una escalinata en una o varias de sus caras. La infraestructura de las pirámides estaba formada habitualmente por tierra y piedras, pero a veces se utilizaban bloques de piedra unidos con mortero la madera se utilizaba para los dinteles de las puertas y para las esculturas. Las ventanas eran poco frecuentes, muy pequeñas y estrechas. Los interiores y exteriores se pintaban con colores vivos. Se dedicaba especial atención a los exteriores y se decoraban profusamente con esculturas pintadas, dinteles tallados, molduras de estuco y mosaicos de piedra. Las decoraciones se disponían generalmente en amplios frisos que contrastaban con franjas de ladrillos lisos. Las viviendas de los comunes se parecían seguramente a las chozas de adobe y techumbre de ramas que todavía hoy se pueden apreciar entre los mayas contemporáneos.

La cultura sudamericana está marcada por el pasado colonial y el ancestro precolombino en principal medida a los que se fueron sumando, en distinta medida, elementos traídos por posteriores inmigrantes que fueron llegando a la región. Así mismo se ve el creciente desarrollo de una cultura enmarcada en el proceso de globalización.

Manifestaciones artísticas del hombre


El arte ha existido siempre ya que es una necesidad social. Por medio del arte el ser humano se expresa de muchas maneras. Existieron muchas etapas históricas  las cuales aportaron algo nuevo sobre el arte.

En las primeras manifestaciones artísticas se distinguen tres etapas:

- Etapa mágica. En los oscuros tiempos de la prehistoria, una etapa épica por excelencia, el ser humano lucha por la supervivencia en el nomadismo y el desarrollo de los clanes.

Personas, animales y astros forman una unidad que vincula todo lo existente.

La producción artística busca plasmar en imágenes y símbolos las fuerzas anímicas de los que depende la supervivencia del ser humano.

- Etapa religiosa. Coincide con el inicio de los primeros imperios agrarios donde los reyes y los dioses sustituyen a la magia.

En Mesopotamia el arte es la expresión de un poder político que busca mostrar su fuerza a través de palacios y relieves que exaltan las gestas del monarca.

En Egipto el arte está más vinculado a la religión y a la otra vida, donde el Faraón es un dios viviente.

Los dioses se identifican con las fuerzas sobrenaturales fuera del control humano (Toros alados protectores de las ciudades mesopotámicas, dioses en formas animalísticas o hibridas en Egipto). Seres imaginarios dotados de vida.

- Etapa pre-antropocéntrica. En el Mediterráneo oriental, en Creta y Micenas, se desarrolla una economía basada en el comercio marítimo que da lugar a una religión y a un sistema de gobierno menos opresivo que el de los grandes imperios.

Su arte es más amable, colorista y alegre. Sus frescos pierden la función ritual y en cambio tiende a buscar el ritmo y la belleza.

Una arquitectura orgánica articulada en torno a patios permite una interrelación entre espacio interior y exterior. Su espíritu impregna el arte clásico posterior.

El Mediterráneo se convierte en el crisol de la civilización clásica. El hombre se hace consciente de su propio valor y de su individualidad frente a la naturaleza.